Entrevista con Don Tomas de la finca Cholopata.

El café es más que una bebida. Es un puente hacia la tradición, la innovación y la comunidad. En esta entrevista con Don Tomas Aramayo, productor de café, diseñador gráfico y apasionado defensor del café boliviano, nos sumergimos en un viaje a Samaipata para conocer la zona productora de café de altura en el departamento de Santa Cruz. Junto a su esposa Carolina, Tomas ha dedicado a fomentar prácticas agrícolas sostenibles, promover el empoderamiento comunitario y poner en alto el nombre del café de Bolivia con la marca Cholopata. Conoceremos su historia, sus aprendizajes y cómo su proyecto CHOLOPATA se ha convertido en un ejemplo de innovación y compromiso con el medio ambiente. ¡Prepárate para descubrir el alma del café a través de los ojos de un apasionado! 
 
Café Ancestral: 
¿Ya conocías el café antes de ingresar a este mundo? 

Don Tomas Aramayo: 
Gracias por la invitación, Café Ancestral. Estamos en Samaipata, disfrutando un café. Nuestra conexión con este mundo comenzó de forma inesperada. Soy diseñador gráfico de profesión y he trabajado durante años con marcas y productos orgánicos bolivianos. 

Todo empezó cuando un amigo, Marcelo Sierralta, nos contó que abriría un café en San Miguel. En ese momento, yo trabajaba en una agencia y realizamos el proyecto de identidad visual de Típica como freelancers. Durante este proceso, aprendimos mucho sobre el café, sus cualidades y beneficios. 

El primer año, cuando la marca ya estaba en marcha, nos pidieron tomar fotos de la finca de Nicolás Kolcker. Fuimos a conocer el origen del café, después de haber compartido tiempo con baristas y tostadores. Fue un aprendizaje muy completo y una experiencia enriquecedora. 

Llegar a la finca fue un punto de inflexión. La calidez de Nicolás y su familia nos marcó profundamente. Conocimos su trabajo, los desafíos que enfrentaban y su firme convicción de progreso. Cada año que visitábamos, veíamos cambios: más producción, mejoras en la finca, su casa creciendo poco a poco. Eso nos motivó aún más. 

Con Carolina, mi esposa, decidimos emprender en este mundo y especializarnos en el desarrollo de marcas y productos enfocados en el café boliviano. Pero pronto nos dimos cuenta de que no bastaba con visitas cortas. Había mucho más por hacer y aprender. 

Vimos la necesidad de apoyar nuevas tostadoras y baristas, entender mejor los perfiles de café y explorar formas de producción más sostenibles. Por eso, decidimos involucrarnos más profundamente, trabajar con cooperativas y asociaciones, y aprender de cada etapa del proceso. 

El café es un mundo complejo y delicado. No solo implica inversión económica, sino también de tiempo y vida. Por eso, nos tomamos este camino como una inversión a largo plazo. 

Vivimos allá en la Comunidad Oro Verde dos años. Nos integramos a la comunidad Oro Verde, donde realizamos trabajo social y comunitario. 

Somos de La Paz, de la ciudad, y el cambio fue grande. Pasamos de una vida cómoda a una completamente diferente, pero juntos todo fue más llevadero. Aprendimos a convivir con la naturaleza, los animales y nuevas formas de vida. La agricultura no es un proceso inmediato; requiere paciencia y observación. 

Nuestro enfoque se basa en sistemas agroforestales, en cafés saludables que crecen en sombra, en equilibrio con otras plantas. No creemos en el monocultivo, sino en la biodiversidad. 

Además, trabajamos con principios biodinámicos, respetando ciclos lunares y tiempos naturales de la tierra. Hay días en los que no se debe trabajar en el campo porque las hormigas están más activas, y podemos alterar su ecosistema sin darnos cuenta. También aplicamos técnicas como podas en cuartos menguantes para el mejor desarrollo de las plantas. 

Todo esto está alineado con la conservación de ecosistemas, protegiendo especies como los pumas, que cumplen un rol clave en la regulación natural. También promovemos la concienciación sobre la caza y trabajamos con instituciones que protegen la fauna silvestre. 

Somos parte de la cooperativa Oro Verde y colaboramos con diferentes productores en varias regiones. Es un proceso enriquecedor, donde compartimos conocimientos y aprendemos constantemente. Este camino nos ha llevado a entender que el café va mucho más allá de la bebida: es cultura, comunidad y sostenibilidad. 
 
Café Ancestral: 
Por ejemplo, hablemos del proyecto CHOLOPATA. Ya nos explicaste un poco, pero ¿cómo nació esta idea y cuál fue su propósito inicial? ¿Qué hace que CHOLOPATA sea tan característico? 

Don Tomas Aramayo: 
Lo más importante de CHOLOPATA es la combinación entre innovación y sostenibilidad. Trabajamos de la mano con nuestro equipo y nos enfocamos en obtener materia prima limpia, libre de trazas de agroquímicos. Buscamos certificaciones orgánicas reales y apostamos por la preservación de los ecosistemas. 

Además, fomentamos la concienciación sobre sistemas agroforestales. No solo hablamos de su importancia, sino que demostramos con hechos que es posible producir café sin recurrir a la tala masiva o el uso de agroquímicos. Año tras año, hemos probado que un manejo adecuado y sostenible puede generar cafés de alta calidad, con procesos de fermentación controlados y perfiles sensoriales complejos. 

En 2024, nos enfocamos en perfeccionar nuestras fermentaciones para obtener cafés más limpios y sofisticados, buscando un balance entre complejidad y consistencia en taza. 

Café Ancestral: 
Es impresionante escuchar esto. En Brasil, por ejemplo, aunque hay certificaciones como Rainforest Alliance, no se manejan con el mismo nivel de compromiso que en Bolivia. Aquí se nota una mayor preocupación por el impacto ambiental y social. 

Don Tomas Aramayo: 
Exactamente. En otros países productores de café, donde el volumen es la prioridad, las certificaciones pueden no garantizar un verdadero respeto por los ecosistemas. En Bolivia, en cambio, hay una conciencia más profunda sobre el impacto de nuestras prácticas. 

He tenido la oportunidad de visitar comunidades cafetaleras y notar cómo la gente está realmente comprometida con estos principios. Hablé con varios productores de la zona y todos compartían la misma convicción: el sistema agroforestal es la mejor opción para un manejo sostenible, no solo del café, sino también de otros cultivos. 

Café Ancestral: 
En cuanto a los proyectos en la región, ¿han trabajado con Cáritas o ha sido un esfuerzo exclusivamente de ustedes? 

Don Tomas Aramayo: 
Siempre estamos abiertos a compartir nuestros procesos y aprendizajes. No creemos que nuestro conocimiento deba quedarse solo con nosotros; al contrario, buscamos estandarizar buenas prácticas para que otros productores puedan beneficiarse. 

Uno de nuestros principales enfoques sociales es colaborar con jóvenes en formación, especialmente en disciplinas clave como microbiología, ingeniería ambiental, ingeniería forestal y agronomía. Creemos que es fundamental demostrarles que pueden desarrollarse profesionalmente en su propio territorio y que sus conocimientos pueden marcar la diferencia en sus comunidades. 

Además, trabajamos con Cáritas y otras asociaciones desde una perspectiva de cooperación, no de imposición. No llegamos con una mentalidad de superioridad, sino con la disposición de aprender y compartir. Creemos que el mejor aprendizaje se da a través del ejemplo y la experimentación. 

Queremos demostrar que con un buen manejo, higiene y control, los productores pueden mejorar la calidad de su café, agregarle valor y acceder a mejores mercados. Esto no solo beneficia la economía local, sino que también preserva el legado de generaciones anteriores. 

Ese es uno de los principales retos de CHOLOPATA: impulsar a los productores a creer en su potencial y mostrarles que pueden salir adelante sin depender completamente de ayudas externas. Hoy en día, con el acceso a información y la posibilidad de colaborar con universidades e ingenieros, ya no hay tantas barreras para el aprendizaje y la mejora continua. 

Café Ancestral: 
¿Actualmente, qué universidades les apoyan en este proceso? 

Don Tomas Aramayo: 
A nivel técnico, hemos colaborado con diferentes universidades. Trabajamos con la Universidad Estatal Técnica, que forma ingenieros agrónomos y especialistas en café con un enfoque integral que combina agronomía, administración y química. 

En 2023, colaboramos con tres estudiantes en sus tesis, lo que fue una experiencia de aprendizaje mutuo. A través de estos intercambios, logramos profundizar en el conocimiento del café y fortalecer la investigación en el sector. 

Este tipo de iniciativas son clave para seguir avanzando y consolidando el café boliviano en el mercado internacional. 

 
Café Ancestral 
Entonces, considerando lo que mencionas, ¿cómo ves el futuro del marketing digital para los productores y tostadores de café en Bolivia? ¿Crees que hay alguna herramienta o estrategia que todavía no se ha explotado lo suficiente? 

Don Tomas Aramayo: 
Sí, definitivamente. Creo que hay mucho margen para crecer en términos de contenido educativo y storytelling. A veces los productores y tostadores se centran solo en vender el café, pero no cuentan la historia detrás del producto. La trazabilidad, el proceso, la historia de los productores, el impacto en la comunidad… eso es lo que realmente conecta con los consumidores y les da un valor agregado a los cafés de especialidad. 

Por ejemplo, creo que el video es un formato que todavía no se está utilizando en su máximo potencial. Los consumidores quieren ver más sobre cómo se cultiva, cómo se tuesta, qué diferencia un café especial de uno comercial. Entonces, algo que podría ser muy útil es el uso de documentales cortos o mini-series en redes sociales para mostrar estos procesos. 

También creo que las colaboraciones con influencers o baristas reconocidos pueden ayudar a posicionar mejor el café boliviano. En otros países ya vemos cómo marcas de café se asocian con creadores de contenido para generar experiencias más interactivas y educativas. 

Café Ancestral 
Hablando de experiencias interactivas, en otros mercados se han popularizado las catas virtuales y los clubes de suscripción de café. ¿Ves estas tendencias como algo viable en Bolivia? 

Don Tomas Aramayo: 
Sí, definitivamente. Las catas virtuales pueden ser una gran herramienta para conectar a los productores con los consumidores, sobre todo en ciudades donde no hay acceso fácil a cafés de especialidad. La pandemia aceleró la digitalización del consumo, y muchas personas se acostumbraron a aprender en línea, así que creo que es un formato que podría funcionar muy bien aquí. 

Sobre los clubes de suscripción, también me parece que hay una oportunidad grande. En Bolivia, el consumo de café de especialidad aún es un nicho, pero está creciendo. Un modelo de suscripción permitiría que más personas puedan probar cafés de diferentes regiones del país sin necesidad de buscarlos físicamente. También ayudaría a fidelizar clientes y a garantizar ventas más constantes para los productores. 

Café Ancestral 
Interesante. Entonces, ¿cuál dirías que es el mayor desafío para que el café boliviano gane más reconocimiento a nivel internacional? 

Don Tomas Aramayo: 
Creo que son dos cosas: la falta de promoción y la necesidad de mayor consistencia en la calidad. Tenemos cafés increíbles, pero aún no se conocen tanto como los de Colombia, Etiopía o Costa Rica. Necesitamos más presencia en ferias internacionales, en competencias de barismo y en plataformas digitales para que los compradores internacionales descubran nuestro café. 

En cuanto a la consistencia, el reto es lograr procesos estandarizados sin perder la identidad del café boliviano. La experimentación con fermentaciones y nuevos métodos es clave, pero también necesitamos asegurar que los lotes sean estables y de alta calidad para que los compradores confíen en el producto a largo plazo. 

Café Ancestral 
Totalmente de acuerdo. Bueno, creo que hemos cubierto muchos temas interesantes. Para cerrar, ¿cuál es tu visión a largo plazo para el café de Bolivia? 

Don Tomas Aramayo: 
Mi sueño es que Bolivia sea reconocida como una potencia en café de especialidad. Que nuestros productores sean valorados y que podamos exportar más, pero sin descuidar el mercado interno. También me gustaría ver más innovación en los procesos y más educación para los consumidores, porque cuanto más sepamos sobre el café, más lo valoraremos. 

Café Ancestral 
Muchas gracias por compartir tu conocimiento y experiencia. Sin duda, hay un futuro prometedor para el café boliviano. 

 
Café Ancestral 
La red social que se nota como más práctica para el café de especialidad es… 

Don Tomas Aramayo: 
Sí, exacto. Creo que LinkedIn también puede funcionar en cierto grado, más en un ámbito profesional. Puede servir para conectar con ingenieros, colaboradores y otros perfiles del sector. 

Facebook, en cambio, nos sirve más para captar un mercado que está buscando consumir café, además del Marketplace, que es una gran ventana para nuevos consumidores curiosos de otros segmentos, incluso aquellos que no están en el rubro gastronómico. Es una forma de dar a conocer el producto a más personas. 

Café Ancestral 
Excelente, excelente. Ahora, cambiando de tema: ¿cuál fue el mejor café de tu vida? La mejor taza que has probado, sin importar si fue en un torneo o en casa. 

Don Tomas Aramayo: 
Qué difícil… Creo que siempre recordaré el café de mi abuela. Tenía algo especial. Para mí, ese café con leche que ella preparaba—oscuro, pasado por horas—es un recuerdo imborrable. Era la base de todo. Compartirlo con ella, viendo televisión, es algo que llevo conmigo con mucho cariño. 

En otra categoría, también tengo que mencionar un café que probamos el año pasado con una puntuación altísima, que pasó de los 88 puntos. Fue un momento muy gratificante, porque representó el cumplimiento de una meta. Ver que un café natural con un perfil tan limpio alcanzara ese puntaje fue realmente emocionante. 

Café Ancestral 
¡Increíble! ¿Y qué crees que marcó la diferencia para que ese café alcanzara un puntaje tan alto? ¿Hubo algún cambio en el proceso que se pueda replicar? 

Don Tomas Aramayo: 
Definitivamente, la selección fue clave. Se hizo una selección muy rigurosa, y el proceso de fermentación fue otro factor determinante. El clima, los barriles… todo se dio de manera muy precisa. La fermentación estuvo muy bien controlada: ni demasiado larga ni demasiado corta, lo que permitió mantener el carácter del café y despertar notas exóticas. 

Lo interesante es que fue un proceso natural, pero tan limpio que algunos jueces pensaban que era un café lavado. Fue una sorpresa para ellos saber que era un natural, y eso fue algo muy positivo. 

También el secado fue fundamental. Se realizó de forma muy controlada y lenta, lo que preservó las notas y estabilizó la humedad del grano. Algunos tostadores pensaban que tenía una humedad un poco alta, alrededor de 12.5%, pero para mí era ideal para trabajarlo. 

Curiosamente, este café no fue seleccionado con la idea de presentarlo en un torneo. Lo habíamos tratado como cualquier otro lote, pero su aroma dulce y perfumado destacó tanto que decidimos enviarlo. Al final, nos llevamos una gran sorpresa al obtener el tercer lugar en el torneo, compitiendo con cafés exóticos como el geisha. Fue un momento muy gratificante. 

Café Ancestral 
¡Qué historia tan inspiradora! Para cerrar: ¿qué significa el café para ti? Puede ser algo motivacional, familiar, comercial… lo que sea. 

Don Tomas Aramayo: 
Para mí, el café se ha convertido en parte de nuestra vida diaria. Como familia, nos ha enseñado a ver el mundo de otra manera, a valorar cosas que antes no apreciábamos y a conocer gente y lugares increíbles. 

Más allá de despertarnos cada mañana, el café nos motiva a seguir adelante, a darle continuidad a nuestra visión y a nuestros proyectos. Es un alimento que genera trabajo, pero también nos llena de vida. 

Creo que si más bolivianos valoráramos lo que tenemos—ya sea café, quinua, pescado o cualquier otro producto—nuestro país tendría muchísimo más que ofrecer al mundo. Hay tantas cosas por mostrar, y el café es solo una de ellas. 

Café Ancestral 
Muy buena charla, realmente enriquecedora. ¡Gracias por compartir tu historia y tu pasión por el café!  
 
El recorrido de Tomas Aramayo por el mundo del café es una historia de amor, esfuerzo y resiliencia. Desde su primer encuentro con las plantaciones hasta la creación de CHOLOPATA, cada paso ha sido una lección de vida. El café para Tomas es mucho más que un producto: es el medio para honrar la tierra, proteger los ecosistemas y construir un legado para las futuras generaciones. 

Lo más inspirador es su enfoque comunitario y su deseo de compartir conocimientos, demostrando que el éxito no se mide solo por los logros individuales, sino por el impacto positivo en quienes te rodean. La colaboración con cooperativas, jóvenes estudiantes y asociaciones refleja su compromiso con un desarrollo sostenible que no solo eleva la calidad del café, sino también la calidad de vida de las comunidades productoras. 

El recuerdo del café de su abuela, simple pero cargado de significado, simboliza la esencia de su camino: la unión de tradición y modernidad. A través del uso de técnicas innovadoras, un manejo cuidadoso del grano y el respeto por los ciclos naturales, Tomas ha llevado el café boliviano a nuevos niveles de reconocimiento. 

Mientras sueña con un futuro donde Bolivia sea reconocida como una potencia en café de especialidad, su pasión y entrega son un recordatorio de que el verdadero éxito radica en valorar nuestras raíces y explorar nuestro máximo potencial. El café no es solo una bebida que despierta los sentidos; es un motor de cambio, un catalizador de sueños y una oportunidad para mostrar al mundo la riqueza que Bolivia tiene para ofrecer. 

Con cada taza, Tomas y su familia comparten no solo el sabor del café, sino también el amor y la dedicación que hay detrás de cada grano. Y ese, sin duda, es el verdadero espíritu del café boliviano. Felicidades amigo, ¡nos vemos pronto!